Hoy reconozco en ti un dolor que traspasa tu voluntad, y no solo lo reconozco sino lo hago valido, tan valido que me uno a tu no y hoy lo hago como complemento, como lo que lo hace más íntegro y vivo.
Hoy sé que tu grito desesperado de guardar silencio, de hacer sentir tu ausencia es el anhelo de tu bendecido corazón que quiere salir a brillar y que el miedo y dolor no le permiten hacerlo y que pretende que simules no existir.
Hoy comprendo lo que te llevó a pretender perderte de la mirada de los que están contigo, y que te aman aunque a veces se unen a ti desde el mismo corazón, si de ese corazón que ha estado en batallas y se ha dolido, desde ese corazón que no te fue dado pero si lo has creado, desde ese corazón que tanto ha vencido y que tanto se ha visto lastimado y me uno a ti al recordar que ese corazón herido en algún momento todos lo hemos tenido y que no es fácil soltarlo porque perecería que nos quedamos vacías, por mucho tiempo lo hemos procurado sin haberlo curado.
Hoy me uno a ti en tu lucha desde y con el corazón que me fue dado y no con el creado por mi cuando recibí las heridas, hoy me uno con el corazón de guerrera que cada día aprende a amar, con el corazón intuitivo que es capaz de comprender tu dolor y contemplando la belleza, que esconde el corazón que nos hace a ti, a mi y a quienes nos rodean, brillar.
Hoy sé muy bien porque quieres desaparecer, que nadie te vea y lo sé porque un día también lo viví hasta que decidí cómo quería yo vivir, hasta que dije ¡basta! Como lo has hecho tú a quien te ha dado libertad de no asistir y has elegido no ir y que también aún diciéndote no vengas, vas a ir; según te dictó tu corazón.
Quisiera decirte que no lo hagas, entonces no te estaría respetando ni amando, quisiera evitar que te vayas, solo incrementaría tu dolor, y anularía tu libertad; sé muy bien que cuando una mujer dice ¡basta! Tiene la fuerza para hacer o todo dejar de hacerlo, aún así no solo quisiera sino quiero hoy decirte que tú si, tiene más fuerza y hoy podemos constatarlo, porque has movido ya, solo con proponer tu ausencia y no moverte.
Hoy a ti te acompaño desde mi existencia, desde mi si a la vida, elijo estar contigo si quieres parar para tomar aire y elijo acompañarte para salir al exterior con el corazón dispuesto a aprender cada día a amar más y más dejando atrás el corazón que se creó con las heridas de las batallas de tiempo atrás y eligiendo el corazón femenino que nos fue dado y que tú también tienes, para emprender hacia lo que quizá no conocemos y que nos espera al ser reflejo, si de ese corazón que expande lo que si quieres para ti y para quienes has elegido amar.
Hoy me uno a tu no, en libertad, desde mi si.
Hoy me uno a tu no voy, desde mi si te acompaño a descubrir las bellezas qué hay aquí, y no solo yo muchas personas también lo hacen.
Gracias mujer por haber frenado tu caminar para ir adentro, adentro con quienes más amas, comenzando por ti.
Gracias mujer porque en libertad elegiste no ir, para que tu ausencia fuera presencia, para que tu salida del exterior fuera la entrada a tu interior, para que tu no fuera el si del varón al darte opción de elegir y que actuáramos con libertad, si con esa libertad y seguridad que tú anhelas.
Gracias mujer porque al decir si a parar, enseñaste a ti, a mi y a todos que puedes poner un alto a lo que no quieres y a fomentar la unión sin distinción, y ahora regresas con la confianza para expresar lo que si quieres, eligiendo desde el corazón que te fue dado y dejas atrás al que has creado desde las cicatrices y heridas.
Gracias mujer porque me has recordado la libertad con la que contamos desde el primer momento donde lo masculino y femenino se fundió para que naciera un nuevo ser humano.
¡Creo en ti como mujer, en tu capacidad de decir si al amor, en que si quieres descubrirás todo lo que tu corazón tiene para dar!
Gracias mujer por tu capacidad de elegir parar para renacer en la plenitud relacional que anhelas desde tu ser mujer.
Gracias a ti, mujer, que pides y a la vez das la libertad de que cada quien muestre la mejor versión de su ser en su hacer desde su masculinidad o feminidad, como lo hacen varón y mujer.
Asi que hoy, te invito a ir juntas ejerciendo esa libertad para cada día aprender a amar y recibir como somos ya amadas. Y hacer viva la posibilidad de dar cómo se necesita y recibir cómo se nos da, desde el corazón profundo que se nos dió a ti y a mi, como mujeres.
Busquemos y elijamos con libertad cada día la belleza que está para ti, para mi y para todos los que dicen al Amor: “si quiero darlo, recibirlo e incluirlo en mi vida” y para quienes no, vean que es posible transformar el no en si.
De corazón a corazón, infinitas gracias.