¿Has visto la película de “Encanto”? En esa película hay una canción que todos cantan que dice que “no se habla de Bruno” y se refiere a que no se habla de aquello que nos duele y dañó en el pasado.
Sin embargo resulta que “no hablar de Bruno” también cierra las posibilidades a descubrir los grandes dones que tenemos. Así que decir “no se hable de las heridas” es alejar la posibilidad de limpiar y sanar el corazón a través de nuestros dones y cualidades y con ello causaremos más dolor.
Darte cuenta que ya no quieres seguir cómo lo has hecho hasta ahora, con un corazón herido que está tan lastimado que incluso sin darte cuenta lastimas es un paso que dan las personas valientes como tú.
Tienes un corazón maravilloso, te fueron dadas unas cualidades únicas e irrepetibles pero muchas veces no sabes cómo mostrarlas y resulta que quieres amar y lo qué haces es lastimar a quien amas ¿te ha sucedido?
Trabajas en tu autoestima, pones todo tu esfuerzo para gestionar eso hiriente que estás sintiendo, incluso empiezas a contener tristeza o enojo con tal de no dañar a quien amas porque decides que pondrás mayor atención, pero al final esa relación termina mal ¿te identificas?
Gestionar lo que vas sintiendo durante el día no es algo fácil pero suele ser eficiente hasta el momento que nos topamos que eso que sentimos es ya un vicio (mal hábito) o sucede de manera constante; es en este momento donde habrá que ir un poco más profundo, al pasado que quizá ni sabíamos que estaba en nosotras.
En la infancia hay heridas que se forman incluso que surgen sin ni siquiera que mamá o papá lo hayan provocado, son estas heridas las que nos dejan tatuajes que más adelante salen y sobre todo salen en nuestra relación de pareja.
Hacer un recorrido por ciertas circunstancias que vivimos en el pasado y que dejaron heridas que no nos dimos cuenta será muy útil para poder hacer esas modificaciones hoy. Y no me refiero a esas heridas que ya sabes que están y que incluso pensar en ello te duele, eso ya tendrás que gestionarlo, pero hay algunas que quizá ni te habías dado cuenta.
Estas heridas se crean en todas la personas, sin embargo a unas les impacta en su presente y a otras pasan desapercibidas, veamos si a ti es algo que está impidiendo que puedas amar como tú anhelas hoy.
1. Abandono
Esta herida surge porque al nacer, te separaste de un lugar seguro y cómodo (vientre materno) para llegar a un lugar frío y que sientes necesidades de hambre, hay falta de contacto físico y sed.
Esta herida como vez la tenemos todos los seres humanos, es el primer aprendizaje que tenemos al llegar a este mundo y respirar.
Estabas plena y resulta que la misma vida te impulsa a vivir de una forma distinta y experimentas ya no la plenitud sino la escasez y las necesidades que muchas veces no sabes identificar que te sucede.
El abandono está en ti y suele salir una vez más y hacerse presente en la relación de pareja si no la tienes identificada para que la sanes a través de aceptarla que en ocasiones tu misma vida te impulsa a vivirla:
Cuando te sientes segura, algo en ti te mueve a buscar ese momento que “va a llegar” y que tendrás que abandonar. No te sientes digna de la seguridad y comienzas a generar situaciones que te sean similares de hambre, ausencia de contacto físico y sed.
Si te ves en este momento, reconoce la herida y no le pongas nombre de alguien que te abandona sino el nombre de las acciones que te están impulsando a volver a vivirlo. Total eso fue lo que aprendiste que “era así el comienza de una vida”.

2. Rechazo
Al ir creciendo has sido educada como una persona desde el no, desde lo que no debes hacer: no te acerques porque puedes caer, eso no se toca, ahí no se juega, eso no se hace, no dañarás, no harás, no llores, no pasa nada… Y podemos seguir todo lo que te dijeron que no se hace o no debías incluso sentir.
El no es usado para educar cuando el no es escasez y deja fuera cualquier comunicación, atenta contra la libertad y además cierra la posibilidad a mostrar tus cualidades, más bien te recuerda todo lo malo qué haces. Aquí surge el rechazo.
Así aprendiste a relacionarte de pequeña, no debes … Por tanto cuando estás viviendo situaciones de aceptación te da miedo, nadie te ha enseñado a vivir así.
Cuando te sientes aceptada te falta eso que conoces, el no.
Es entonces que buscas el cómo no de un suceso, así no lo quiero, eso no me parece, eso no lo permito, eso no lo perdono. Esas actitudes de no decir lo que si se quiere vuelve a abrir la herida profunda del rechazo.
Esta herida es generadora de miedos, enojos e incluso ira contenida que al no identificar que viene de una educación a la que el mundo le llama normal y adecuada, suelen decir que expreses los límites desde lo que ya no quieres, pero así nunca decimos lo que si queremos, tampoco hablamos de lo que somos capaces.
Si en tu relación de pareja lo que escuchas es un no, es quizá que se te ha presentado el rechazo y muchas veces somos nosotras mismas quienes provocamos ese no de las otras personas, al final es lo que aprendiste de pequeño como válido ¿cierto?
El si es desconocido en tu aprendizaje y puede crear desconfianza así que mejor generar situaciones donde lo conocido se haga presente, pero eso llevará a tu relación a un espacio de escasez, en lugar de llevarla a un espacio donde aprendas una nueva manera de relacionarte, desde el si.

3. Traición
Esos seres que te educaron dejan de ser tu administración, comienzas tu balance y con el, el juicio de lo que si y lo que no te agrada. Te separa de la idealización y surge el ser traicionando tus expectativas.
Esta herida se hace muy presente en la adolescencia, donde erróneamente pensamos que para ser independientes y encontrar nuestra identidad tenemos que ir en contra de lo que nuestros padres nos dieron y son.
No comprendemos que ellos son únicos e irrepetibles y que de igual manera así lo somos nosotros y entonces nos sentimos traicionados los hijos y los padres.
Vaya que está herida se hace muy presente en diversas situaciones y no solo en la pareja.
Aunque en esta ocasión nos centraremos en la relación de pareja y cómo es que impacta esa herida de nuestra adolescencia en la relación que hoy tenemos y que hace visible el corazón herido.
Creías conocer a tu pareja, pero no seguiste conociéndolo al paso del tiempo, y siempre hubo cambios que no percibiste. Tus expectativas no están siendo llenadas y una vez más resurge ese dolor de “creía en ti pero es distinto a lo que creía.” “Esperaba de ti pero no fue así” y resurge esa herida de traicionar porque habías puesto tus esperanzas y resulta que “no cumple”

4. Injusticia
Tus expectativas son distintas a quienes te educaron y con quienes creciste, por tanto ni las alcanzaste ni las superaste por ese deseo de buscar lo mejor. Es aquí que surge la injusticia, a pesar de esfuerzo que hagas no llegas a la meta. Tus acciones no son reconocidas y siempre el mundo espera algo más, pues siempre se busca el “cómo hacerlo mejor”
Más adelante, esta herida de injusticia se transforma es necesidades no cumplidas, experiencias de insuficiencia que dañan muchísimo las relaciones.
Eso que vives siempre tiene un “cómo podemos mejorarlo”. Esa insatisfacción crea una injusticia frente al esfuerzo del momento, y no se valora lo que hace tu pareja o tus acciones. Vuelve a la relación insuficiente.

5. Humillación
Crecer corrigiendo errores y buscando cómo hacerlo mejor no permite que hayas sido valorado por ser sino solo por el hacer.
El hacer nunca llena las expectativas de las demás personas debido a las expectativas y a las perspectivas de cada persona.
Para ti un platón lleno de lechuga, pollo, queso y nueces puede ser una comida completa, nutritiva y sana. Para tu pareja si el pollo está frito puede ser una comida grasosa y poco sana.
Lo cierto es que es la misma comida, pero cada uno tiene una perspectiva distinta de acuerdo a lo que cada quien aprendió en su pasado pero esta situación puede llevarlos a situaciones de humillación donde uno no sabe lo que dice, y la otra parte es la experta, lo cierto es que la herida se abre.
Cuando el hacer no cumple las expectativas pierde su valor, con el tiempo nos creemos incapaces hasta de amar, cautivar y conquistar a quien elegimos. Esta herida de humillación resurge cuando la pareja le dice “puedes hacerlo así para que esté bien”, “necesito que agendes tiempo para mi porque no lo haces”, “nunca me escuchas”…

Cómo habrás notado una herida nos lleva a otra herida, pareciera que están encadenadas y que al sentirse abandonada como efecto recházanos a la pareja y entonces nuestra pareja se siente traicionada y resulta que lo lleva a creer en una injusticia de poner de su parte y no ser reconocido y con ello se da una mutua humillación.
Sin embargo no tiene porque seguir siendo así, las heridas de la infancia que muchas veces ni cuenta nos dimos que se crearon pueden ser sanadas y no repetir la historia en tu relación de pareja.

Reconocerlas y comenzar a distinguirlas cuando se hagan presentes en tu relación actual, puedes elegir seguir hiriendo o darte un espacio para conocer el corazón que te fue dado y no el herido que has creado para que tu relación sea desde lo maravilloso que tiene tus cualidades.
Cuando tú sabes tus cualidades y lo que puedes aportar a tu relación puedes comenzar a hacer esas modificaciones para amar con un corazón sano y desde tus cualidades y es entonces que puedes generar esa relación que anhelas en tu corazón.
Y si no sabes distintas cualidades y crees que necesitas ayuda puedes consultar el programa de los secretos del corazón conmigo para que descubras cómo es que si puedes tener, crear y ser esa pareja que anhelas en tu vida.
De corazón a corazón ,
Karla Maldonado C