Cada persona, cada ser humano fuimos creados de manera individual y únicos desde el primer instante de nuestra existencia y es por eso que siempre, tendemos a buscar esa individualidad a pesar de que amemos con todo el corazón con quien formamos nuestra familia, al pasar los años esa individualidad busca una salida, por más que nos empeñemos en intentar no dejarla salir, buscará la forma de hacerlo y nos puede confundir.
El valorarte, el crecer en tu autoestima, el creer que puedes y darle valor a lo que haces es importante, pero de ahí a creer que sola puedes eso es confundirse, todos los seres humanos somos sociales por tanto necesitamos de los demás para crecer y poder ver lo bello que es la vida, para darle un sentido a los que hacemos.
Cada persona somos como un jardín, tenemos flores, colores, olores y matices diferentes, y cada uno somos responsables de que ese jardín se vea tan cuidado como nosotros lo decidamos.
Cuando decides casarte y formar una pareja, entonces ese jardín crece pero solo en tamaño, ¿podrías colocar un terreno sobre otro? Verdad que no, pues es lo mismo en el matrimonio, son dos jardines que se unen y forman un jardín más grande pero cada uno tiene sus propias plantas, sus propias flores que cuidar, fertilizar, regar, hacer crecer y a veces podar, sin embargo comparten algunas de esas flores y plantas que tendrán que compartir y juntos cuidar, fertilizar, regar, permitir que crezcan y para que todo el jardín se vea maravilloso y si uno de los dos jardines se descuida hará que el otro no se vea igual de bello.
Ciertamente la felicidad, seguridad, estima, inteligencia emocional depende de cada uno, pero si quien te acompaña y forma parte del jardín no te ayuda, entonces no significa que no puedes cuidar tu parte, pero sí requerirá de un mayor esfuerzo, y ese mayor esfuerzo requiere de Quien creó ese jardín porque sin la ayuda de su creador, podría llenarse de plagas que dañen sus flores, colores, olores y matices.
Hay muchos abonos y fertilizantes que pueden ayudar a que el jardín se vea más bello cada vez, a pesar de que llegue la lluvia o el viento, el otoño o el invierno, si
lo abonamos cada día con caricias dulces, cuidados adecuados, agua suficiente, podando las hojas dañadas con delicadeza y una a la vez, luz solar, aire fresco y con una confianza y esperanza en que nuestro jardín con el AMOR DIARIO será mejor cada día, permitiendo que cada planta y flor crezca a su propio ritmo seguramente el jardín será más bello.
Cuidar el jardín que decidimos formar como pareja, y que se vea bello requiere de esfuerzo, entrega y dedicación pero al final podremos decir que valió la pena y también el esfuerzo.
Para comenzar este reto de 30 días para transformar tu matrimonio en una primavera que muestra toda su belleza, un verano donde el calor permite salir sin taparse, un otoño donde hay distintos tonos en un árbol y un invierno donde el frío puede quitarse al acercarse: pongamos nuestro traje y demos lo mejor para que el jardín luzca cada vez mejor y mejor sin importar las circunstancias climatológicas.
“El amor es la decisión de entregarse a la otra persona sin esperar nada a cambio, pero cuando se recibe de la persona amada es lo más gratificante que un ser humano puede recibir y le ayuda a continuar.”
La manera en que este libro te llevará de la mano es a través de como las siglas lo dicen y hay que hacerlo todos cada día:
Oración
Reflexión
Acción
Reconciliación
Cada persona, a su tiempo, a su manera y de acuerdo a su estadio va estableciendo la manera en que se comunica, ora y contempla…
Orar y pedir por la persona a quien elegiste amar es quizá uno de los actos de bondad y caridad que mayor beneficio hace a la transformación de la pareja para que en invierno se muestre la primavera o de otra manera para que en el frío de la relación se muestre la belleza de su unión.
La mejor oración es la que sale de tu corazón, eligiendo desde lo que si quieres pedir, agradecer y desde tus fortalezas.
¡Comencemos!
Día 1: observa lo positivo
2 Corintios 8, 21: “Procuremos por lo que es honrado, no sólo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres.”
Hay días que la rutina y el estar tantos años junto a tu esposo hace que comiences a ver lo que en un principio no te molestaba, incluso lo disculpabas.
¿Ahora es diferente?
Seguro hay muchas formas prácticas en las que puedes apreciar y cuidar de tu esposo.
Hoy trata de ver alguna forma positiva en que tu esposo te ayuda a ti y a tu familia.
¿Ayuda en la casa de alguna forma?
¿Cuida del coche y de su mantenimiento?
¿Arregla lo que se rompe o se descompone en casa?
De ser así, agradécelo de una manera especial, que él note que sabes que realiza un esfuerzo por hacerlo, aunque creas que es su «responsabilidad». ¡Y hazlo con gusto!
A veces no es que no queremos, sino que no sabemos cómo o esperamos más de lo que la otra persona puede darnos.
A veces usamos más la lupa que los lentes, y en lugar de ver todo el panorama, nos enfocamos en un detalle… y es ahí donde dejamos de servir y queremos que nos sirvan.
Quizás tu esposo no es muy cooperador en la casa…
¿Hace mandados por ti y resuelve cosas para la familia?
¿Es cortés contigo?
¿Te cuida de alguna forma cuando te enfermas?
¿Te ayuda a tomar decisiones?
¿Se preocupa por ti?
Agradécele lo que hace por ti a pesar de que no sea, como tú quisieras. Escribe esas acciones en tu diario (al final de éste libro hay un espacio para ello).
Y sobre todo, asegúrate que sepa que SU servicio hacia TI es un pilar de su matrimonio. Algo así como decirle: “Tu amor me inspira, tu ternura me conmueve y tus besos me enloquecen”.
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.” Madre Teresa
¿Cómo suele ser tu oración? Puedes crear una así para pedir a María te ayude en este caminar…
“María ilumíname, para poder apreciar y agradecer todo lo que mi esposo hace por mí y por nuestros hijos. No permitas que yo lo vea como algo normal, sino que aprenda a valorar todo su esfuerzo.”
Es más fácil encontrar los aspectos negativos de tu espos@, solo concentrándote en sus buenos atributos podrás tener un matrimonio feliz y saludable
Cuando el invierno se cruza, y lo observado es lo negativo, acercarse con una temperatura un tanto más elevada puede disminuir la posible hipotermia, el frío puede quitarse acercándose…
Algunas ideas para observar lo positivo…
Tu esposo, respeta y/o acepta tu opinión en diversas situaciones, sin importar lo que él opina.
Hace esfuerzo por llegar a alguna cita especial con tus hijos o juega con ellos, les lee cuentos, tiene conversaciones con ellos… Es tiempo de él que dedica a los hijos.
Realiza esfuerzos por llevar un sustento al hogar con el que pueden comer y tener un techo digno, incluso a veces más de lo que se necesita.
A veces, al querer un «caprichito» se esmera porque lo obtengas.
Cuando lo ves, te sonríe y responde con gestos que solo ustedes dos
comprenden…
Se fija y te expresa palabras que te agradan…
Llega a su hogar y deja afuera lo que no es de ahí…
Cada día escribe en tu diario, algo positivo que hayas observado.
¿Y tu oración? Escríbela donde puedas llevarla para hacerla durante el día.
Mis logros del día… siempre tener un diario dónde llevar tus récords te va a motiva.
Agradezco por:
Elegir algo cada día por lo que estás agradecida será lo último que lleves a la mente y con ello podrás soñar al descansar de esa gran labor que hiciste durante el día.
Este es solo el primer día de 30 maravilloso y frondosos días que puedes lograr con la guía del libro: TÚ YO, EN CUALQUIER ESTACIÓN… NOSOTROS.
Puedes encontrarlo aquí:
o con el ISBN 1728664500 en tu país.
De corazón a corazón,
Karla Maldonado C.